Para atraer nuestros seres y seguir desarrollando nuestra cuadro espiritual a través de la oración.

Es necesario que donde encendamos esta vela prepararemos una especie del altar aunque sea pequeño donde haya una copa con agua o simplemente un vaso/copa en cristal , agua y la vela. Y repitamos esta oración a diario con la intención de acercar y conocer de mejor manera a los guías que componen nuestro cuadro espiritual. Antes de comenzar la oración encienda la vela , luego medite un rato mirándole y fijándose si nota o llega algún mensaje , repita a diario en las mañanas o antes de dormir. Mientras más tiempo saque para esto más será el desarrollo y el acercamiento de sus guías. Luego de que realices esta oración puedes sacar un rato u hacer algunas otras oraciones que desees hacer o lleguen a tu mente. Hazle caso a tu intuición.


Los buenos espíritus nos pueden ayudar en nuestras vidas. Sólo hay que saber cómo invocarlos correctamente para que estén a nuestro lado. Incluso podemos llegar a descubrir cuál es nuestro espíritu protector. Aquel que viaja con nosotros por el camino de la existencia. Tu Espíritu Protector siempre es un Espíritu Bueno de hecho es un Espíritu Superior en la Escala Espirita y nunca te hará daño porque su responsabilidad es cuidarte y guiarte toda tu vida. Se requiere humildad, y deseos de mejorar tu vida hacia el Bien Común. Si aun, no has decidido un cambio en tu vida hacia el bien a los demás, no estas listo a conocer tu Espíritu Protector. La Ley de afinidad espiritual establece que los
 
Espíritus buenos y elevados se acercan a aquellos que buscan el bien, pero esta misma ley establece que cuando el comportamiento es mezquino, es orgulloso, codicioso, egoísta, materialista, de venganza o de odio, no importa la justificación, serán entonces los Espíritus impuros que se acercaran a ti. Conviértete en una persona buena y útil a los demás y podrás alcanzar la felicidad que tanto anhelas.

El Libro El Evangelio Según El Espiritismo nos dice en el Ítem #11
A los ángeles guardianes y espíritus protectores 11. Prefacio – Todos tenemos un buen espíritu que se une a nosotros desde nuestro nacimiento y nos ha tomado bajo su protección. Llena, con respecto a nosotros, la misión de un padre para con su hijo: la de conducirnos por el camino del bien y del progreso a través de las pruebas de la vida. Es feliz cuando correspondemos a sus cuidados, y gime cuando nos ve sucumbir. Su nombre nos importa poco, porque puede ser que no tenga nombre conocido en la tierra; lo invocamos como a nuestro ángel guardián, nuestro buen genio; podemos también invocarlo con el nombre de un espíritu superior cualquiera por el que sintamos más simpatía. Además de nuestro ángel guardián, que siempre es un espíritu superior, tenemos a los espíritus protectores, que no porque estén menos elevados, son menos buenos y benévolos; éstos son parientes o amigos, o algunas veces personas que nosotros no hemos conocido en nuestra existencia actual. Nos asisten con sus consejos, y muchas veces con su intervención en los actos de nuestra vida.


Oración :

«Alabados seáis, espíritus puros del Señor. Yo, humilde y atrasada criatura, elevo a vosotros mi pensamiento y mi corazón, para rogaros que me guiéis por el camino de la verdad y me iluminéis siempre en los divinos preceptos, para no faltar a ellos. Hacedme digno de alcanzar pronto la bienaventuranza.
Espíritus muy amados, ángeles guardianes, vosotros a quienes Dios en su infinita misericordia permite velar sobre los hombres, sed nuestros protectores en las pruebas de nuestra vida terrestre. Dadnos fuerza, valor y resignación, inspiradnos todo lo bueno, detenednos en la pendiente del mal y que vuestra dulce influencia penetre en nuestra alma. Haced que conozcamos que un amigo sincero está aquí, cerca de nosotros, que ve con nuestros sufrimientos y toma parte en nuestras alegrías. Y vos, mi Ángel de la Guardia, no me abandonéis, tengo necesidad de vuestra protección para sobrellevar don fe y amor, las pruebas que Dios quiera enviarme. Así sea. Amén«.